Enfermedad de Parkinson

11 de abril, Día Mundial del Parkinson

La Enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno degenerativo del sistema nervioso central caracterizado por alteraciones del movimiento, aunque también otros síntomas no motores1,2. Es una enfermedad crónica y progresiva. Causará una pérdida paulatina de la capacidad física y mental de las personas que la padecen, teniendo un gran impacto en la vida de los usuarios/as, sus familias y cuidadores2,3.

 

Los síntomas motores de esta enfermedad se atribuyen a una pérdida progresiva de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra en los ganglios basales. Los ganglios basales cumplen las funciones de mantener la postura del cuerpo y extremidades, generar movimientos espontáneos (ej. parpadeo) y automáticos que acompañan un movimiento voluntario (ej. balanceo de brazos al caminar)2,3. El hecho de que existan otros síntomas no motores da a entender que también existe una pérdida de neuronas en áreas no dopaminérgicas del cerebro2.

 

El Parkinson generalmente se presenta entre los 50 y 60 años, aunque se puede presentar en personas de menor edad. El hecho de que esta enfermedad se presente mayormente en el rango etario mencionado convierte al Parkinson en un desafío para la salud pública del país al considerar el gradual envejecimiento de la población2.

Un estudio del año 2018 menciona que la prevalencia de la EP a nivel mundial se duplicó en un periodo de 26 años (de 1990 a 2016), habiendo un total de 6,1 millones de personas con EP en el 2016, incremento que los investigadores sugieren que se debería no sólo al envejecimiento de la población, sino también a la mayor duración de la enfermedad asociada al aumento de la esperanza de vida y a posibles cambios en factores de riesgo de tipo ambiental o social. De esta forma, se estima que al año 2050 habrían más de 12 millones de personas con EP en todo el mundo. Dentro de este estudio, se destaca a Chile como el país de Latinoamérica que presenta el mayor aumento en la prevalencia estimada de la EP dentro del periodo 1990-2016 (aumentando en un 19,9%)4. Un aspecto relevante a mencionar es que en Chile no hay evidencia en relación a la prevalencia de la EP, sólo existen aproximaciones en relación a estudios internacionales, estimándose alrededor de 40.000 personas con EP en nuestro país, información que no ha sido confirmada a la actualidad5,6.

El término Parkinsonismo representa el conjunto de síntomas motores que caracterizan a la EP (temblor de reposo, bradicinesia y rigidez muscular). La EP es la causa más común de parkinsonismo, sin embargo, no es la única, ya que existen otras enfermedades que se asemejan al Parkinson (EP atípica). Estas últimas, por lo general tienen una causa conocida, a diferencia de la EP que se considera idiopática, debido a que se desconoce su causa primaria2. Algunas características de estas patologías son7:

  • Usualmente no hay temblor
  • Usualmente, ambos lados del cuerpo están afectados por igual
  • Usualmente no hay una adecuada respuesta a la L-Dopa y otros fármacos comúnmente usados en la EP
  • La estimulación cerebral profunda no posee valor

Se dice que la EP es idiopática, es decir, no se conoce su causa primaria, a diferencia de los parkinsonismos, cuya causa es conocida. Si bien, se sabe que hay una alteración dopaminérgica (déficit del neurotransmisor dopamina), se desconoce el mecanismo de acción de esta pérdida. La mayoría de los estudios entrega evidencia de que la EP se produciría por una combinación de factores genéticos y ambientales3.

Entre los principales factores de riego, encontramos2:

  • Colesterol elevado
  • Exposición a tóxicos ambientales (sulfuro de carbono, herbicidas, pesticidas, metanol y solventes orgánicos)
  • Traumatismo encéfalo craneano
  • Alimentación alta en calorías
  • Inflamación asociada con inflamación de la microglia
  • Abuso de sustancias estimulantes del sistema nervioso central (anfetamina, metanfetamina y metcatinona)
  • Disfunción mitocondrial
  • Exposición óxido nitroso
  • Estrés oxidativo
  • Estados post infecciosos
  • Apoptosis mediada por señales

La velocidad de progresión y los síntomas y signos del Parkinson difieren entre las personas que lo padecen. Se describe que los síntomas comienzan en un lado del cuerpo y generalmente empeoran en ese lado, aun cuando se ven afectados ambos lados del cuerpo5. Los síntomas y signos de la EP suelen incluir1,3,8,9,10,11:

  • Temblor de reposo*: Sacudidas que suelen comenzar en una mano o dedos. Se observan generalmente cuando hay ausencia de movimiento de las extremidades.
  • Enlentecimiento de los movimientos (Bradicinesia)*: Los movimientos del cuerpo (espontáneos y automáticos) se vuelven más lentos. La marcha se hace más lenta y dificultosa, donde es común arrastrar los pies.
  • Rigidez muscular*: La rigidez o resistencia al movimiento puede suceder en cualquier músculo del cuerpo, suele conllevar a dolor y limitar el rango de movimiento.
  • Alteración de la postura* y equilibrio: La postura suele encorvarse y hay dificultades para mantener el equilibrio, esto puede aumentar el riesgo de caídas.
  • Disminución o pérdida de movimientos automáticos: Dificultad para realizar movimientos como pestañear, sonreír, entre otros.
  • Cambios en el habla (disartria): Ciertas dificultades en el habla se observan en casi la mitad de las personas con EP, evidenciándose una disminución del volumen de la voz, un tono monótono, una velocidad del habla aumentada, cierta vacilación antes de hablar o sensación de arrastrar las palabras.
  • Cambios en la escritura (disgrafia): Escribir se vuelve más difícil, la letra es más pequeña o se hace difícil de entender, esto se asocia a dificultades con la motricidad fina de la mano.
  • Alteración de la deglución (disfagia): Dado que los músculos que participan de la deglución se ven afectados en etapas más avanzadas de la EP, suele haber dificultades para masticar los alimentos, acumulación de alimento o secreciones salivales en la cavidad oral y faríngea, lo que puede provocar sensación de ahogo o babeo, que a su vez puede conllevar a dificultades en la nutrición de las personas.
  • Alteraciones psiquiátricas: La depresión suele ser común en las personas con EP, incluso en las primeras etapas del Parkinson. Generalmente, la terapia farmacológica suele ser exitosa en su tratamiento. Otros trastornos involucran la ansiedad, psicosis (en respuesta a ciertos fármacos) y alteraciones conductuales.
  • Problemas cognitivos: Se han descrito alteraciones cognitivas, asociadas a la memoria, atención, lenguaje, funciones ejecutivas, aprendizaje, entre otras. En las primeras etapas de la EP, es común el deterioro cognitivo leve y en etapas más avanzadas se puede hacer el diagnóstico de demencia asociada a EP, la cual afecta el funcionamiento y calidad de vida de la persona y entorno de ella.
  • Alteración del sueño: Las personas con EP presentan problemas como Trastorno conductual del sueño REM (movimiento ocular rápido), donde actúan físicamente sus sueños, insomnio, despertares frecuentes, somnolencia, pesadillas y sueños emotivos; algunos de estos problemas estarían asociados a la terapia farmacológica de la EP.
  • Problemas urinarios y digestivo: Se han descrito problemas de incontinencia urinaria, dificultades para orinar y constipación, debidos a una alteración en el sistema nervioso autónomo (regulación de musculatura lisa).
  • Disminución del olfato: Un síntoma temprano de la EP suele ser la reducción del sentido del olfato (hiposmia) o la pérdida total de este (anosmia), que se pueden experimentar meses o años antes de la aparición de los típicos síntomas motores.
  • Alteraciones sensoriales: Algunas personas reportan problemas con la percepción de los colores y cambios en las sensaciones térmicas, como sudoración excesiva, llamaradas de calor, calambres.
  • Dolor: Debido a la rigidez y posturas anormales asociadas a la EP, las personas manifiestan dolor tanto de los músculos como de las articulaciones.
  • Fatiga y pérdida de energía: Es común la fatiga, sobre todo al terminar el día; esta fatiga puede tener distintas causas, como depresión, trastornos del sueño, estrés muscular, acinesia.
  • Alteraciones respiratorias: Se han observado patrones restrictivos en la espirometría y alteraciones funcionales de la vía aérea superior.
  • Entre otros.
*Signos cardinales y característicos de la EP. Tabla N°1: Síntomas de tipo motor y no motor en Enfermedad de Parkinson2,11

El diagnóstico de la Enfermedad de Párkinson lo hace un neurólogo y es exclusivamente clínico. Es un diagnóstico que puede llegar a ser muy complejo, se recomienda considerarlo como “posible” o “probable” hasta confirmarlo según la evolución y los aspectos neurocognitivos presentes3. Se considera que el diagnóstico de EP es probable si:

1. Se trata de una enfermedad progresiva

2. Presencia de al menos 2 de los siguientes hechos.

    • Respuesta a la Levadopa
    • Sintomatología asimétrica (mayor compromiso de un hemicuerpo)
    • Comienzo asimétrico (unilateral)

3. Ausencia de síntomas clínicos que sugieran un diagnóstico alternativo

4. Ausencia de una etiología que cause hechos clínicos similares.

Tabla 2. Diagnósticos diferenciales de la EP. 3

La EP es una enfermedad que no tiene cura, pero si un tratamiento, el cual incluye la intervención farmacológica (Levodopa principalmente) y la no farmacológica, mediante la acción de un equipo multidisciplinario, compuesto por Neurólogos, Médicos Generales o de familia, Enfermeras, Kinesiólogos, Fonoaudiólogos, Terapeutas Ocupacionales, Psicólogos, Trabajadores Sociales, entre otros. Es muy relevante que este tratamiento sea realizado de forma precoz, que sea altamente individualizado -acorde a las necesidades de la persona y su entorno- y que tenga un carácter integral, siendo su objetivo principal la mantención de la autonomía e independencia de la persona durante el mayor tiempo posible, a través del manejo de los síntomas motores y no motores de la enfermedad, con el propósito de lograr una mejoría en la calidad de vida del paciente y de quienes lo rodean2,3. El objetivo del tratamiento de la Enfermedad de Parkinson es reducir la velocidad de progresión de la enfermedad, controlar los síntomas y los efectos secundarios derivados de los fármacos que se usan para combatirla3. La intervención no sólo debe enfocarse en la persona con EP, sino también en su entorno, ya que esta patología no sólo afecta a quien la padece sino también a quienes lo acompañan en este proceso, puesto que hay una serie de cambios económicos y sociales en su entorno cercano, por ende, el equipo de salud debe capacitar tanto al paciente como a su familia acerca de la enfermedad y los cuidados del paciente, permitirles participar en la toma de decisiones y entregar apoyo y contención de forma constante2,3.

El Fonoaudiólogo está incluido dentro del equipo multidisciplinario de profesionales que ayuda a las personas con EP en su rehabilitación, estando a cargo de la prevención, evaluación y tratamiento de los trastornos del habla, lenguaje y deglución que presentan los usuarios con EP3.

Los Trastornos Motores de Habla (TMH) representan un 70 a 80% de las dificultades de la comunicación que presentan las personas con EP12. Principalmente se manifiestan como una Disartria Hipocinética (voz monótona y de baja intensidad, imprecisión consonántica, dificultad para iniciar el habla, entre otros síntomas)12.

En relación con los trastornos del lenguaje, estos estarán supeditados a las alteraciones cognitivas que se presenten en el transcurso de la enfermedad, generando un Trastorno Cognitivo-Comunicativo que afectará la expresión y comprensión del lenguaje12.

En cuanto a los trastornos de la deglución, estos se presentan en un 16-87% de las personas con Párkinson, y se relacionan directamente con el riesgo de generar una neumonía aspirativa, una de las principales causas de muerte entre las personas con Párkinson (4-30%)13, además de generar un gran impacto en la calidad de vida de las personas y sus familias. En por esto, que la intervención del proceso deglutorio es de suma importancia en estos usuarios12,13. Las alteraciones de la deglución en EP se pueden presentar en cualquier etapa de este proceso (preparatoria oral, oral, faríngea y esofágica), encontrando entre los hallazgos más comunes: dificultad para formar el bolo alimenticio, aumento del riesgo de aspiración y alteraciones en los movimientos del esfínter esofágico superior13.

Entre los enfoques/técnicas de intervención más comunes, encontramos:

 

Para los Trastornos Motores del Habla:

  • Terapia de Lee Silverman
  • Ejercicios respiratorios
  • Ejercicios de Control Motor Oral
  • Sistemas de Comunicación Aumentativos Alternativos
  • Entre otros.

La evidencia demuestra que el Proceso Motor Básico (PMB) del habla más favorecido con la terapia es la fonación, con un aumento significativo en la intensidad de la voz. Siendo la terapiade Lee Silveman-LOUD la que entrega mejores resultados sobre otras técnicas. Sin embargo, se debe considerar que la cantidad y calidad de evidencia científica no es suficiente para apoyar o descartar un enfoque de intervención12.

 

Para los Trastornos de la Deglución:

  • Cambios en la consistencia de los alimentos
  • Cambios posturales
  • Maniobras deglutorias
  • Vías de alimentación alternativas

Al igual que en los TMH, la evidencia científica relacionada con la intervención de la disfagia es insuficiente para determinar cuál es el enfoque de tratamiento más efectivo en personas con EP12.

La EP constituye un desafío para la salud pública de nuestro país, ya que cada vez se incrementa la prevalencia de las personas que posean Enfermedad de Parkinson. Por esto, es que debemos estar preparados y fortalecernos tanto a nivel de políticas públicas, como de profesionales que participan en su intervención, siendo muy necesario generar mayor investigación y evidencia acerca de la epidemiología y rehabilitación de la Enfermedad de Parkinson en nuestro país.

En Fonoaudiólogos Chile nos encontramos al servicio de las personas con Enfermedad de Parkinson y sus cercanos, con el propósito de favorecer siempre su independencia y calidad de vida, intentando mantener sus habilidades de comunicación y alimentación durante el mayor tiempo posible.

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